Hoy, 22 de noviembre, celebramos Santa Cecilia: universalmente reconocida como patrona de los músicos y también considerada patrona de los poetas, los luthiers y de los ciegos (junto con Santa Lucía).
Según el hagiógrafo Hippolyte Delehaye, Cecilia de Roma sería "el personaje más enmarañado en la hagiografía romana". A pesar de ser una de las santas más populares de todos los tiempos, es muy poco lo que se conoce de ella. Se cree que nació en Roma en el s. II d.C. en el seno de una familia ilustre. Pagana y convertida al cristianismo. Virgen, santa y mártir romana.
Su nombre, Caecilia es de origen romano y significa "ciega". Es posible que algún antepasado suyo fuese ciego y por eso llevase ese nombre, pues era tradición en las altas familias romanas mantener un apodo a modo de nombre a lo largo de generaciones.
No existe ninguna duda acerca de su existencia histórica, pero no está nada claro cuándo vivió y sufrió el martirio. A ello hay que añadir que su passio es legendaria y sin credibilidad por su escaso rigor histórico. No es mencionada en la Depositio Martyrum del s. IV. No la mencionan ni los poemas de San Dámaso, ni los de Prudencio. Tampoco hablan de ella ni San Jerónimo, ni San Agustín, y ni siquiera aparece en el calendario de la Iglesia de Cartago. No se la menciona en ninguna de las listas de santos de la época, hasta la aparición de las Actas de Santa Cecilia aproximadamente en el año 480.
Existen varias versiones acerca de su martirio. Según algunos, la arrastraron junto a un horno caliente para que los gases y el calor la asfixiaran. Mientras se encontraba allí estuvo cantando y no falleció. Otros dicen que fue condenada a morir sofocada en el baño de su casa, pero no sufrió daño alguno así que decidieron decapitarla. Tras tres golpes de espada la cabeza no se desprendía y agonizó durante tres días hasta su muerte, que se supone fue un 22 de noviembre.
Su patronazgo sobre la música también está lleno de controversia. Hasta el Renacimiento, su nombre no se asoció a la música. Durante la Edad Media el patrón de los músicos fue San Juan Bautista. Pasaron más de mil años desde su muerte para que Cecilia fuera proclamada patrona de los músicos. En 1594, el papa Gregorio XIII la canonizó y le dio oficialmente el nombramiento, por "haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música".
También su relación directa con la música resulta una incertidumbre. Hay quien ve probable que se iniciase desde joven en la práctica de algún instrumento musical. Por otro lado, a partir de una interpretación errónea hecha en el s.XV de un pasaje de su
passio, se empieza a creer que Cecilia era músico o cantora.
En concreto "
canentibus organis illa in corde suo decantabat" se traduce como "mientras sonaban los instrumentos, ella cantaba a Dios en su corazón", pero en realidad en los códices más antiguos no aparece eso sino "
candentibus organis" ("instrumentos incandescentes", de tortura). Algunos han ido más allá llegando a traducir ese "organis" como "órgano", sin reparar en que este instrumento no existió hasta el Barroco. Pese a esto es fácil encontrar representaciones de la Santa como organista. La primera hipótesis también se ve desmontada con el hecho de que, en la sociedad romana, a las mujeres de alta alcurnia no se les permitía aprender música ni canto porque eran consideradas actividades libertinas, más propias de esclavos que de los nobles.
Reconocida, aceptada y celebrada, el día de nuestra patrona es motivo de orgullo para todos los músicos.
Referencias:
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www.musicaantigua.com
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www.biografiasyvidas.com
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es.aleteia.org
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www.ngenespanol.com
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www.elconfidencial.com
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es.wikipedia.org
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www.am.com.mx
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alocubano.wordpress.com
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www.preguntasantoral.es
