Cantar amansa a las fieras,
alegra el corazón y tiene muchas más ventajas, por eso una de las cosas que más
nos gusta hacer es llevar nuestra música allí donde podemos hacer una
importante labor con ella.
El pasado 16 de marzo nos fuimos
hasta la residencia SARQuavitae para ofrecer un concierto social, uno de esos
conciertos en los que la calidad musical queda en un segundo plano, porque lo
que nos importa es la calidad humana. Allí ofrecimos un concierto en el que
disfrutamos muchísimo, haciendo disfrutar a los demás.
Fue un concierto diferente, pero
altamente gratificante. Mención especial merece nuestra compañera Sara Ferrero, que ese día fue nuestra soprano solista, y también nuestro director, José Ángel Robles, que se encargó de interactuar con
los asistentes entre canción y canción con muchísima simpatía y cercanía. Y por supuesto todos los demás, que
pusieron su alma, su música y su presencia en este concierto.
Volveremos... seguro!
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